#JeSuisFutbolArgentino



Que sí, que no. Que largo, que corto. Con visitantes, sin visitantes. Que diez ascensos, que diez descensos. Con promoción, sin promoción. Que Copa Argentina, que Copa Federal. ¿Fútbol? Bien, gracias.

Humberto Grondona, el difunto amo y señor del fútbol argentino, el dictador que ni el retorno de la democracia pudo revocar y, además, el impulsor principal de lo que hoy nos entrega Futbol Para Todos (FPT) de viernes a lunes por distintas señales: el torneo de treinta equipos.

Ahora, si me preguntaran qué me parece el actual Torneo Inicial 2015, diría que, a pesar de promover la federalización del fútbol profesional y con ello impulsar la competencia inclusiva, es una mala idea. ¿Por qué? Porque no contamos con las estructuras deportivas y sociales necesarias para sostenerlo.



Partamos de la base: la mitológica victoria de David sobre Goliat en una batalla épica es, justamente, un mito. ¿Qué hace pensar que, en el mundo real, equipos con un presupuesto inferior al que el mandamás de la Ciudad, Mauricio Macri, le entrega a las escuelas públicas de la Capital, podrán generar una competencia justa frente los gigantes contendientes, dueños de formaciones valuadas en millones de euros y de pauta publicitaria que genera ingresos suficientes para incorporar estrellas de importación?

Además, por si la justificación anterior no fuera suficiente, he aquí un fundamento que nos llega a todos los que vamos a la cancha, usual o eventualmente: si los operativos de seguridad destinados a un torneo de veinte equipos nunca pudieron llegar a ser siquiera aceptables, por cantidad de efectivos disponibles o por ineptitudes en la organización, ¿cómo podrán garantizar la seguridad ahora que se suman cinco partidos por fin de semana? ¿Y cuando llegue la fecha 24° y se jueguen más de diez clásicos en simultáneo? Ya sé, suspendieron al público visitante hace más de un año, pero ¡magia!, el fútbol se sigue cobrando vidas.



Entonces, lo que se quiere decir es: siempre será bienvenido un proyecto que busque estimular la inclusión y hacer llegar algo que nos entusiasma tanto como el fútbol a más lugares, pero se necesitan cimientos fuertes: dirigentes dispuestos a dejar de lado intereses propios y atender los ajenos; jugadores, la cara visible de la cuestión, comprometidos con la causa, y, sobre todo, redescubrir la tolerancia.


Por: Andres Masotto
Foto Militto: FotoBaires
Foto Mora: Diego Lima

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